Cada día recibimos un montón de información, alguna buscada voluntariamente por nuestra propia decisión y otra que nos llega y hasta nos bombardea ... y de todo ese llegar diario de información variopinta, nuestro cerebro va almacenando conceptos, ideas ... y esos conceptos (como los que titulan este post) e ideas van estableciendo relaciones entre sí.
No recuerdo cuándo ni dónde ... pero leí hace no demasiado que la Revolución Industrial separó la vida personal, familiar, de la vida profesional, de trabajo y que la Revolución Tecnológica las uniría de nuevo; he leído también hace todavía menos, que las empresas que se empeñen en seguir atadas a horarios fijos sufrirán más ... porque el mundo y su economía son cada vez más globales y cuando en un país se acuestan en otro se levantan mientras en un tercero almuerzan... y tú haces negocios con todos ... o al menos lo intentas
Y no puedo evitar relacionar estas ideas con la, mal llamada conciliación ... y no digo mal llamada por error ... no creo que haya nada que conciliar o, al menos, no debería haberlo, porque tenemos una vida cada uno, nada más, en ella y con ella podemos hacer múltiples cosas porque así somos los seres humanos, multifuncionales, unos más que otros, pero multifuncionales todos.
Equivocamos el tiro y desde hace ya tiempo pero eso no es lo más grave, lo más grave es que lo seguimos equivocando: seguimos hablando de conciliar y haciendo leyes que, supuestamente, facilitan la conciliación y la igualdad: